El Corsario Negro ha abandonado su patria y sus posesiones y sacrificado su amor para hacer pagar cara su traición al conde de Wan Guld.

Es un pirata, sí, pero un pirata en el que sobrevive todo el sentimiento y el sentido del honor del gentilhombre que fuera, y que lo llevan a valorar la amistad, a respetar a los adversarios y a admirar el coraje. Paisajes maravillosos, mares embravecidos, abordajes peligrosos, electrizantes lances de honor, todo un mosaico de grandezas y pequeñeces humanas que emocionaron a los lectores en tiempos de Salgari y que la Biblioteca Billiken, consciente de la supervivencia de El Corsario Negro, pone, con la misma finalidad, en manos de los jóvenes de hoy.